El Samán Unista

El Samán Unista

viernes, 29 de septiembre de 2017

Sexto Lugar. Seudónimo: Ulogio

6to LUGAR

Seudónimo: Ulogio
Autor: Antonio Alfonzo
Personal académico (jubilado) - Nivel Central

Concurso Cartas para la UNA 
En ocasión de los cuarenta años de la Universidad Nacional Abierta (UNA) 

Desde el Patio Central a la UNA en su aniversario Ulogio Querida Universidad, aunque no suelo escribir, en esta oportunidad me he atrevido… es que hay tanto que nos une que me pareció necesario exponerlo a la luz pública. 

Cuando te conocí, comenzabas tu trayectoria… Sorprendía ver el entusiasmo del personal preparando los materiales, las primeras pruebas, era cómico ver el corre y corre de esos primeros días… comentaban: ¡es mucho trabajo!, pero había gran entusiasmo, dedicación. Se sentía en el aire el compromiso y las ganas por llevar adelante esa aventura que comenzaba: 

 ¡La primera universidad a distancia del país! Era como un sueño… formar estudiantes, lejos, más allá de donde la vista alcanza… mucho más allá. 

Aquí entre nos, tu creación constituyó un hito en el acontecer educativo venezolano. Una universidad totalmente a distancia que abrió el espacio creativo para soñar lo que hoy es una realidad formarse sin tomar en cuenta las barreras de espacio y tiempo. 

En esos primeros días, les observaba en silencio. A veces pienso que ni reparaban en mí, pues algunos se paraban en los pasillos con la mirada perdida, seguro pensando en ti y en tu promisor futuro, en el contenido del material que escribían o en las preguntas de las pruebas ..., pero al correr el tiempo y escucharles hablar, comencé a darme cuenta que no pasaba desapercibido. Incluso, algunos se sentaban bajo mi copa para disfrutar del frescor que produce mi follaje a eso de las dos de la tarde. Pero, no vamos a hablar de mí, sino de ti, aunque nuestras historias están profundamente ligadas. 

Durante estos años, ya cuarenta, ¡quién lo diría!… aunque los árboles no contamos años, sino épocas de lluvia y sequía, que últimamente andan como locas… pero ese es otro tema. Te decía que en el transcurso de esta historia, la tuya querida UNA, he visto llegar a muchas personas a hacer vida en esta sede, personas que en muchos casos, dedican sus mejores años a tu servicio, encargándose de distintas tareas para que tu misión de formar profesionalmente a estudiantes en todos los rincones del país se lleve a cabo, ¡llueva, truene o relampaguee! Desde tareas como llevar el agua a las oficinas, el cuidado de las plantas, de la cual puedo dar fe por la solicitud de algún jardinero, pasando por labores administrativas de distintos niveles, así como por actividades docentes y de planificación de distinta naturaleza, todos conformando un sistema bien engranado, un equipo donde cada uno es necesario.

Un equipo que trasciende esta sede física y que se expande a lo largo y ancho del país. En el rincón más apartado de esta Tierra de Gracia hay un estudiante o trabajador que te siente su alma mater y que canta con emoción las notas de tu himno, donde ocupo un lugar junto con nuestro Libertador Simón Bolívar. En todo ese vasto campus, los Unistas se destacan por su vinculación con las comunidades a quienes sirven. En cada Centro Local, oficina de apoyo o centro de aplicación de pruebas, encontramos historias de vida que son testimonios de fidelidad y sentido de pertenencia a esta Casa de estudios, Casa de sueños abiertos. 

En este patio central de la Sede de Caracas, tengo el privilegio de escuchar las conversaciones de los miembros de la comunidad universitaria, soy testigo silente de las sesiones de los cuerpos colegiados que conducen tu accionar educativo. He presenciado bajo mis ramas actos de grado, celebraciones de tu aniversario, fiestas de navidad y en todos ellos percibí el orgullo y satisfacción de pertenecer a esta Institución, así como la camaradería y en muchos casos profunda amistad de quienes comparten la misma Casa. 

Presencié como luego de un tiempo de pugnacidad, se estableció la democracia en tu seno y como por varios años tus autoridades fueron electas democráticamente con la participación de profesores y estudiantes. Hoy, tristemente, ese ejercicio de expresión demócrata está suspendido- Estoy seguro que la gran mayoría de tus miembros desea que se restablezca. 

He visto florecer, como mis capullos, proyectos que en su momento te colocaron a la vanguardia de las universidades venezolanas, por ejemplo: el liderazgo en educación ambiental en la formación del estudiante universitario que, en los primeros años de tu historia, se ejerció desde tus sedes para impactar las poblaciones aledañas. O, mucho más reciente, el servicio comunitario, pensado para universidades presenciales pero que en la UNA adquirió características de pertinencia, debido al arraigo que tienes en las comunidades donde los Unistas hacen vida. También la atención a estudiantes con discapacidad, donde cuentas con una trayectoria reconocida por propios y extraños.

Hoy, como expresé al principio, me decidí a escribir, tarea difícil para un árbol y más a mis años, que según me hizo saber uno de tus académicos, son ya cerca de 70, porque la vida hay que celebrarla y tu vida llega a cuarenta años.

El camino recorrido hasta hoy, con sus altas y sus bajas, ha sido fructífero, de ello pueden dar fe los miles de estudiantes que se forman en tu seno y los también miles de egresados que culminaron con éxito sus estudios de pre y postgrado. Habla también el reconocimiento que para ti, mi querida Universidad, tienen comunidades desde Guasdualito hasta Santa Elena de Uairen, desde Güiria hasta Capatárida, así como las carreras académicas, profesionales y laborales de miles de miembros de tu personal, también la presencia de grupos de investigación en muchas de tus sedes y el avance en el uso de las tecnologías en procesos administrativos y académicos. No todo ha sido color de rosa y hay mucho camino por recorrer, y como dijo el poeta se hace camino al andar. 

Y ya para despedirme te dedico este poema:

Hoy te regalo mis sueños, Casa de sueños abiertos, 
Sueños de un árbol frondoso, que ha contemplado tu andar 
Que las ondas de tu himno vibren allende los mares. 
Que acá en mi tierra florezcas en oferta regional 
flexible, abierta y diversa, pertinente e inclusiva, 
con estudios doctorales, diplomados y demás. 
Que sigas llevando luces por veredas y poblados 
Al campesino, a la joven hasta al adulto mayor, 
Que prodigues buen futuro para toda Venezuela 
Que vivas por muchos años: 
¡Viva la UNA mi hermano, viva mi Universidad! 

Para la UNA de su samán

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